Los animales y la vegetación constituyen el origen de la vida terrestre. Anteriormente a la aparición de la vida humana sobre la tierra, esta se pobló de flora y de fauna.
En las culturas pre-hispánicas, los animales representan características divinas del ser humano puesto que son reflejo de nuestro vinculo innato con el poder de la naturaleza y del cosmos.
Estas culturas encontraron en el origen de nuestra esencia la presencia de lo divino.